Neuropsicología del desarrollo y EMDR. Los ingredientes necesarios para la comprensión del trauma infantil.
La Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento a través del Movimiento Ocular (EMDR, por sus siglas en inglés) es una técnica terapéutica que combina elementos de la psicoterapia cognitivo-conductual con una comprensión neurocientífica del procesamiento del trauma y el desarrollo cerebral. EMDR se ha desarrollado a partir de un modelo que ya venía creciendo desde el auge de la psicología cognitiva, el modelo del procesamiento adaptativo de la información, lo cual nos puede sonar a los ordenadores de Turing. Siguiendo la analogía simplista del ordenador, tenemos un hardware y un software, aunque sabemos que en el fondo es algo (bastante) más complejo, sobretodo cuando empezamos a hablar de redes de memoria y la interrelación recíproca entre sistemas y subsistemas de redes de memoria. En este sentido, se puede establecer una conexión entre la neuropsicología del desarrollo y la aplicación de EMDR en el tratamiento de trastornos mentales, especialmente aquellos relacionados con experiencias traumáticas. La neuropsicología del desarrollo, aparte de enredarnos un poquito y contribuir con la idea de la existencia de redes, nos enseña que el cerebro humano es altamente maleable (neuroplasticidad y neurogénesis) y que las experiencias vividas, especialmente durante periodos sensibles, pueden dejar una huella duradera en el funcionamiento cerebral y emocional. Los eventos traumáticos pueden alterar el desarrollo normal del cerebro, afectando áreas clave involucradas en la regulación emocional, la memoria y el procesamiento sensorial.
EMDR aprovecha la plasticidad cerebral y los principios de procesamiento de la memoria para ayudar a los individuos a procesar y «digerir» de manera adaptativa las experiencias traumáticas. Durante una sesión de EMDR, el terapeuta guía al paciente mientras se activan redes de memoria relevantes para el objetivo que se está trabajando. Este proceso facilita una reorganización de la memoria traumática en el cerebro, facilitando la integración de la experiencia en el contexto de la memoria autobiográfica general, y fomentando una resolución adaptativa del recuerdo, facilitando el desarrollo de recursos y estrategias de afrontamiento eficaces.
En términos de neuropsicología del desarrollo, el EMDR puede entenderse como una intervención que capitaliza la plasticidad cerebral para promover la adaptación y la resiliencia emocional. Trabajar esto en periodos sensibles del desarrollo tiene mucho sentido. La terapia EMDR ayuda a restaurar el equilibrio en el funcionamiento cerebral y a fomentar un desarrollo psicológico sano y adaptativo en niños y adolescentes. Así, la aplicación de terapia EMDR en niños y adolescentes ilustra cómo la comprensión de los principios neuropsicológicos del desarrollo puede dar mejor respuesta y mejor práctica terapéutica para abordar el trauma y promover el bienestar emocional.
